Nueva York. ¿Qué puedo decir de Nueva York que no se haya dicho ya, que no se haya escrito, que no se haya comentado? Realmente, con estas líneas, con esta entrada, con este blog ¿puedo añadir algo nuevo, aportar algo diferente o novedoso? Probablemente no.
Nueva York es seguramente la ciudad más filmada y fotografiada del mundo. Quizás suene a tópico pero es una ciudad icono. La ciudad de las ciudades. Una urbe hiperactiva, una megalopolis donde cabe un mundo entero. Gentes de todo el planeta, un verdadero crisol de culturas conviven en está fascinante selva de acero, donde también caben enormes parques, tranquilos rincones y antiguos y vetustos barrios señoriales.
Antes de mi viaje a Nueva York, estaba seguro de que  era una ciudad increible, divertida y alucinante, pero después de mi viaje, pude comprobar que además, para mi sorpresa, era una ciudad esteticamente muy bonita. Es mucho más que una sucesión de rascacielos y asfalto y está llena de lugares llenos de interés tanto histórico como arquitectónico.
Nueva York es a ratos como un enorme plató de cine o televisión. Ni los lugares, ni sus nombres, ni ningún elemento urbano resultarán ajenos al viajante que visite la ciudad. Todo ha sido visto ya mil veces en las pantallas de nuestros televisores. Todo es familiar, todo es conocido. Es por esto que es tan fácil sentirse comodo en Nueva York.
Desde el primer momento que puse mi pie en esta ciudad, dejé de sentirme como un extranjero para tomar pulso y formar parte del ritmo frenético de vida de está vibrante ciudad, al menos, durante unos días.