Ouarzazate: Ouallywood o La puerta del desierto

Ya en nuestro camino de vuelta y antes de atravesar el paso de Tizi n’tichka rumbo a Marrakech, la furgoneta en la que viajabamos hizo una parada de una hora en Ouarzazate. Ouarzazate, conocida como la Puerta del Desierto y cuyo nombre en berebér quiere decir silencio (tenía que decirlo: me resulta bastante poético, la verdad) ,  está estratégicamente situado entre los valles del Draa, del Dades y del Ouarzazate. Esta localidad marroquí tuvo una importancia comercial muy grande en el pasado ya que los habitantes de toda la región acudían a los callejones de la kasbah de la ciudad a mercadear ya desde hacía siglos. Fue ya en los años 20 cuando los franceses se establecieron aquí por intereses coloniales y comenzaron la expansión de la ciudad moderna para terminar dándole el aspecto que tiene hoy en día.

Ouarzazate, en la actualidad, con sus casi 100000 habitantes, es un polvoriento enclave y una tranquila ciudad, muy famosa por acoger en sus proximidades varios estudios de cine, donde se han rodado cientos de películas, algunas muy famosas como la mítica Cleopatra o Babel. Tal es la fama de estos estudios de cine y tan grande ha sido el número de largometrajes rodados en sus aldedores que coloquialmente a Ouarzazate se la ha llegado a apodar incluso con el nombre de Ouallywood.
La verdad es que una vez allí es lógico entender porque Hollywood y la industria del cine  han puesto sus ojos en esta pequeña ciudad de Marruecos. A la relativa estabilidad política del país, hay que sumar el maravilloso entorno del que Ouarzazate está rodeado: desde kasbah históricas casi de película (como la de Aït-Ben-Haddou) hasta la proximidad del vasto desierto del Sahara o las abruptas montañas del Atlas pasando por exhuberantes oasis llenos de palmerales.
Cuando nosotros hizimos nuestra breve parada en la ciudad de Ouarzazate, a nosotros y al grupo con el que viajabamos se nos plantearon dos posibilidades: o bien visitar el enorme museo del cine y parte de los estudios de rodaje o bien recorrer por libre la Kasbah de Taourirt justo enfrente.
Nosotros, aunque tentados por el aire acondicionado del museo, no lo dudamos y nos lanzamos a conocer la histórica y espectacular Kasbah de Taourirt.
La Kasbah, declarada Patrimonio de la Humanidad y construida de adobe, está bastante bien conservada y su imponente presencia, sus intrincados callejones y sus muros fortificados son muy evocadores y a mi me recordaron a las películas de Indiana Jones.
La entrada es completamente gratuita aunque luego para acceder al interior del Palacio si que tienes que pagar una entrada. El interior, eso sí, es bastante menos impresionante que el exterior, todo hay que decirlo, pero resulta díficil no verse tentado a entrar una vez colocado frente a frente a la kasbah.
Después de una hora dando vueltas y jugando a ser exploradores en una ciudad de adobe, el grupo se reunió de nuevo y sin que nos quedara otro remedio,  entramos en el recalentado minibus y partimos rumbo de regreso a Marrakech. Aún nos quedaban unos cuantos kilometros de carretera. Odio viajar en este tipo de grupos.

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